Los números del ecosistema startup en Latam me duelen en el alma. El 95% de los proyectos no sobreviven, y esto va más allá de los fundadores. Los inversores, las aceleradoras y las universidades también tienen su parte en esta historia. Mi experiencia me mostró que cuando un emprendimiento no prospera, todos los actores del ecosistema perdemos.
El golpe del fracaso nos toca a todos por igual. Los inversores pierden capital, las aceleradoras tiempo, las incubadoras recursos, las universidades prestigio, las ONGs impacto, el gobierno desarrollo y los mentores energía.
Los números me quitan el sueño:
- El 75% de quienes emprenden creen tener todo bajo control, pero cada día veo menos interés en seguir aprendiendo.
- Un dato que me preocupa: el miedo al fracaso provocó una caída del 10% en nuevos emprendedores.
- La realidad muestra que solo 0,1% consigue ventas importantes, muchas veces porque no lograron convertirse en unicornios.
Me inquieta ver que mientras 75% de los emprendedores se sienten listos para el desafío, el pánico al fracaso redujo un 10% la cantidad de personas que se animan a dar el salto. Un fundador me compartió algo que no olvido: «El miedo al fracaso es un freno para la innovación».
Mi convicción es que necesitamos transformar nuestra relación con el miedo. Si no cambiamos nuestra mentalidad colectiva, seguiremos repitiendo los mismos patrones una y otra vez en nuestro ecosistema emprendedor.
Fracaso compartido en el ecosistema emprendedor
El fracaso en Latam no es un camino solitario. Los fundadores no son los únicos que sienten el golpe, también los fondos de inversión, las aceleradoras y el resto del ecosistema tienen que asumir su parte. Mi experiencia me enseñó que solo mirando el panorama completo podemos construir un ambiente más sano para emprender.
Los emprendedores no cargan solos con esta mochila. Cada persona dentro del ecosistema suma o resta. El trabajo en equipo y el intercambio de experiencias son los pilares para dar vuelta la página del ecosistema actual.
El fracaso toca la puerta de todos. Por eso necesitamos un ecosistema que se apoye y se levante junto. El crecimiento de nuestra comunidad emprendedora solo va a pasar si todos ponemos el hombro.
Mi paso por SegundoHogar me mostró cómo el fracaso sacude a todo el equipo. Levantamos plata, apostamos fuerte y aún así las cosas no salieron. Esta historia me hizo ver que el ecosistema necesita cambiar su mirada, transformando cada tropiezo en un escalón para subir más alto.
Pensando en SegundoHogar, veo que el fracaso va más allá del equipo fundador. Cada persona que puso su granito de arena en el proyecto tiene algo para llevarse. Si queremos que el emprendimiento en Latam crezca, tenemos que convertir cada caída en un aprendizaje.
Diferencias culturales del fracaso entre Latam y EE.UU.
Mi experiencia emprendiendo en EE.UU. y Latam me mostró dos mundos opuestos. Los gringos celebran el fracaso como un paso más hacia el éxito, lo ven como una medalla de honor. Acá en Latam todavía cargamos con ese peso en la espalda, como si fuera una condena que nos persigue para siempre.
El ambiente emprendedor en Latam te hace sentir que si fallás una vez, ya estás marcado. Me pasó mil veces de ver emprendedores brillantes que no se animaron a intentarlo de nuevo. En EE.UU. es totalmente distinto – el fracaso es tu mejor profesor en el camino hacia la innovación.
Los emprendedores en Latam nos movemos con un miedo que nos come por dentro. La parálisis que genera el temor a fallar nos quita esa disposición natural para crear algo nuevo. Y así, la innovación se queda dormida, esperando que alguien se anime a despertar.
La cultura del miedo en Latam está frenando nuestro potencial para la innovación y el emprendimiento. Los números no mienten – cada vez menos personas se animan a dar el salto. Y lo peor es que cuando caemos, nos cuesta horrores levantarnos y aprender de esa experiencia.
- Los emprendedores no se animan a dar el primer paso.
- No aprovechamos las lecciones de los tropiezos.
- El ecosistema se quedó estancado.
Lecciones de SegundoHogar y alaMaula
Mi experiencia con alaMaula terminó en una venta increíble a eBay. Pasé por momentos difíciles, caídas y tropiezos, pero todo eso me llevó al éxito. Lo más valioso fue ver cómo esta operación no solo nos benefició a nosotros, sino que le dio un nuevo impulso al ecosistema emprendedor latinoamericano.
La venta de alaMaula se transformó en una historia que motiva a otros emprendedores. Me emociona ver cómo estos casos reales están cambiando la manera en que vemos los tropiezos en América Latina.
Todo lo que aprendí con SegundoHogar y alaMaula me hizo más fuerte. Cada vez que algo no salía como esperaba, me llevaba una nueva lección para mis próximos proyectos.
Mi experiencia me enseñó que «cuando algo no sale bien, es el momento perfecto para aprender y crecer». Los momentos más duros me abrieron la puerta a ideas innovadoras que nunca hubiera imaginado.
En mi post sobre Product Market Fit ya lo había mencionado – nunca paro de aprender. Cada proyecto, cada éxito y cada tropiezo me hicieron el emprendedor que soy hoy.
Nuevas estrategias en SquadS Ventures
En SquadS Ventures tomé una decisión radical para transformar los fracasos en el mundo emprendedor. Mi experiencia me llevó a priorizar la construcción de startups rentables antes de salir a buscar plata. Los números no mienten – las empresas que arrancan con bases firmes tienen más chances de sobrevivir.
Trabajar mano a mano con founders que recién empiezan me mostró otra cara de la moneda. Entre todos aprendemos más rápido, nos potenciamos y logramos resultados que solos serían imposibles. Los nuevos traen ideas frescas, los experimentados aportamos la experiencia de haber pasado por el mismo camino.
Mi visión para los exits se centra en el cuarto o quinto año, cuando ya validamos que el producto resuelve un problema real del mercado. Esta forma de pensar le da tiempo a las startups para madurar antes de levantar capital. El resultado: un ecosistema más fuerte donde todos ganan.
- Construir empresas rentables como primer paso, la inversión viene después
- Planificar la venta para el año 4-5, con producto validado en el mercado
- Sumar founders junior para potenciar el aprendizaje del equipo
- Integrar capital de Family Offices y business angels que sumen valor real al proyecto