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.Emprendo desde el siglo pasado (1999) y, en este tiempo, he cofundado más de 20 emprendimientos (SisVe, MarketingElectronico.com, Grupo-e, Visiting, Diarios-e, GuiasOnline, ReviewsProfesionales, TravelAdAgency, TurismoArgentina, Comunidades-e, SantiagodelEstero.net, alaMaula, Ecommerce.Travel, Mediaecommerce.com, La Gaceta Shop, Pueblos Originales, EspacioPurmamarca.com, Torrenegra Accelerate, AMO GROWTH, etc).
He tenido la experiencia de haber vendido (exit) mi empresa alaMaula a grupos internacionales de primer nivel como eBay y luego ser su General Manager para Latinoamérica. Y también he fracasado muy fuerte con SegundoHogar (entre otros fracasos).
En el 2009 me seleccionaron emprendedor Endeavor y, al verlos actuar, descubrí mi propósito: acompañar a emprendedores en su camino de realización personal y profesional.
En los últimos 20 años como emprendedor, he recibido más de 500 mentorías y he brindado más de 1200.
Me han invertido en muchas oportunidades y también he sido inversor ángel en numerosos emprendimientos: Nubimetrics, BlueSmart, Educabilia, Fancybox, Guiasonline, ReviewsProfesionales, entre otros. En ese proceso, evalué más de 2000 empresas para invertir. Luego con Torrenegra Accelerate evaluamos unas 1500 más.
Lo más importante es que solo voy por un tercio de mi vida profesional y me propuse el objetivo de que en los próximos 40 años pueda dar decenas de miles de mentorías e impactar en más de 1 millón de emprendedores.
Disfruto la vinculación de emprendedor a emprendedor. He desarrollado una experiencia importante y siento la necesidad de compartir ese conocimiento con emprendedores que están comenzando o que tienen dificultades en el crecimiento/escala de sus compañías. En este último caso es donde sé que puedo agregar mayor valor.
Para ello armé un framework con los 5 pilares que me han sido útiles para crecer y escalar compañías que inspiran. Los pongo a disposición de ustedes con el deseo de que se lleven muchas cosas útiles y prácticas de este libro.
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En las conferencias para emprendedores se habla mucho del crecimiento exponencial y de cómo preparar tu pitch, levantar dinero, convencer a inversores para vender compañías a valuaciones millonarias… La experiencia me ha enseñado que el crecimiento exponencial se da cuando un emprendedor alcanza su máximo potencial, tanto en su actividad profesional como a nivel personal. No pueden estar desconectados.
Entonces, para apuntalar el crecimiento exponencial, necesitamos cuestionarnos 5 pilares básicos: para qué, con quién, qué, cómo y cuándo. Definir estos pilares es fundamental. E indagar en las respuestas con claridad y valentía me ha ayudado a transitar el desafío de crecer como emprendedor.
Lo primero que tenemos que preguntarnos es el PARA QUÉ. Alguien, hace más de 200 años, empezó a dibujar los límites entre los países de Latinoamérica y, en realidad, vemos que estos límites solamente marcan, ante todo, las diferencias en culturas. El sueño que compartimos con mis socios de Pueblos Originales y con Alex Torrenegra es el de unir Latinoamérica, y estamos convencidos de que la mejor manera de lograrlo es a través de nuestros emprendedores. Sabemos que podemos alcanzar este sueño porque los emprendedores somos colaborativos, tenemos otro mindset, otra forma de pensar y de crear.
Siempre, desde chico, tuve el sueño de crear y desarrollar empresas que exporten valor, entonces cuando estaba en la universidad empecé a desarrollar empresas y, más tarde en la maestría, mientras trabajaba full time —y empezaba mi máximo emprendimiento que es mi familia— continué generando empresas y persiguiendo mi sueño. Y empezaba a golpearme contra la pared, y a validar o a invalidar cosas relacionadas con mi sueño. Nadie te puede limitar en tus sueños. Soñé con crear una empresa, con levantar mucho dinero, con que me inviertan, con que crean en mí, con que confíen en mí, con crear mucho valor y luego poder vender la compañía. Y que este sueño me hiciera viajar por el mundo y dar charlas por todos lados. Y así fue: ese sueño se me hizo realidad. Entonces, puedo decir que tuve éxito. Aunque ese éxito lo pienso con muchos signos de pregunta.
Porque, aunque vendí mi compañía, compré mi auto soñado, mi casa soñada, pude viajar por todo el mundo dando conferencias y todo lo demás, algo me faltaba. Me sentía vacío. No me sentía realizado. Sentía que había corrido durante 15 valiosos años, que había invertido todos esos años de mi vida para alcanzar algo que finalmente no era lo que yo esperaba. Por eso, también en algún aspecto fracasé, pero el fracaso me dio muchísimo más aprendizaje que el posible éxito. El éxito me hizo olvidar quién era yo, mis valores, mis creencias, qué hacía y por qué lo hacía. Me había convertido en una persona que sentía que se las sabía todas, que tenía explicaciones y respuestas para todas las preguntas, pero que definitivamente no tenía humildad y esa es una variable fundamental para cualquier emprendedor. No era el que aprendía, era el que enseñaba. Y tampoco escuchaba.
Tener humildad para aprender de todas las situaciones y de las personas con las que tengo oportunidad de interactuar es fundamental como forma de vida. Cada situación tiene un mensaje, y eso es lo que me estaba perdiendo de aprender. Me sentía subido a una escalera que no tenía bases. Por eso también es importante tener criterio a la hora de elegir los objetivos.
La próxima pregunta que debemos hacernos es si emprenderemos solos o acompañados. O sea, CON QUIÉN. Estar solos es muy pesado, es una mochila que pesa varios kilos. ¿Puedo manejar en solitario temas de tecnología, producto, producción, operaciones, marketing de ventas, administración, legales? ¿Sabemos todo eso? ¿Podemos ser expertos en todo eso? Sé que somos talentosos, quizás en una o dos de estas cuestiones. Pero abarcar todo eso solos es literalmente imposible. Por eso, para lograr abarcarlo, armar equipos es fundamental. Y voy a agregar algo sumamente arriesgado: creo que la relación empleado-empleador está totalmente rota. Desde hace un tiempo, los millennials no quieren trabajar para nadie, aunque sí aceptan trabajar para una compañía que tiene una causa, un propósito abiertamente declarado y muy potente. O sea, identidad.
Para ayudar a resolver el con quién y sortear el tema de la confianza, proponemos con mis socios de Pueblos Originales un nuevo paradigma: un paradigma de los «CO»: COmpartir, COnocimiento, COnversar, COlaborar,, COnectar, COcrear, COfundar, y, sobre todo, generar COnfianza. Y no solamente a nivel sociedad y reducido de mi empresa. Los equipos son fundamentales, por eso propongo una nueva mentalidad: relación de pares. La relación empleado-empleador necesita un cambio fuerte para no morir. Nuevos acuerdos, nuevas realidades basadas principalmente en las expectativas de las dos partes y con comunicación permanente para que puedan validarse de tanto en tanto.
¿Dónde busco a mis socios? ¿Cómo creamos sociedades? Elegir quien nos acompañe no es fácil y no se decide rápidamente. No salimos a la calle a buscar nuestra pareja para toda la vida y decimos: «Hola, ¿querés tener hijos conmigo?». Sabemos que es un proceso a larguísimo plazo en donde los valores tienen un lugar primordial. Tengo que sentirme totalmente identificado, ser compatible. Y si hablamos de empresas, es clásico que nos asociamos con los compañeros de la facultad —el caso típico, cuatro ingenieros— y ¿quién vende, quién lidera, quién va a expandir el mercado, quién hablará con los abogados y los inversores? Necesitamos una complementariedad y, luego, el compañerismo, las ganas de estar compartiendo 12 horas por día. Las ganas de reírse juntos y de abrazarse cuando hay que llorar. Es un proceso. Y lo ideal es empezar por algún proyecto chico, con un alcance determinado.
Otra pregunta que debemos hacernos es QUÉ quiero. ¿Tenemos muy bien identificado el qué quiero? Porque es necesario tenerlo identificado y, si lo podemos poner por escrito, mucho mejor. Tienen un 42 % más de chances de ser exitosos aquellos que escriben y bajan las ideas, que no las dejan en el aire. Que las escriban allana el camino para luego hacerlas realidad. Entonces, en el qué quiero, tengo que identificarme con las cosas en donde yo puedo generar valor y más vale generarlas en aquellas cuestiones en las que soy muy talentoso. Cada uno de nosotros tiene un talento. ¿Cuál es mi talento? Reconocer ese talento es muy bueno y es parte de la confianza en uno mismo, parte de decir en qué voy a ser diferente, dónde está el valor que cambia las realidades, que cambia el statu quo y en qué cuestiones voy a poner toda mi pasión, toda mi energía.
¿Pero CÓMO crecemos? ¿Cuáles son los canales en los que tenemos que distribuir? Todo el mundo está hablando de que conseguir inversiones es fácil. Lo importante es crecer orgánicamente, sin tener que pagar dinero, sin tener que pagarle a Google o a Facebook. Háganlo ustedes mismos. Hay libros, hay videos que son de gran ayuda. Para crecer hay 20 canales mínimo, pero tenemos que identificar cuáles son los mejores para nuestro producto. Cuando encontramos la confianza del mercado en nuestro producto y sabemos que están dispuestos a pagar por lo que hacemos, le ponemos toda la energía a uno o dos de esos canales y optimizamos continuamente para lograr escala. ¿Cómo? Optimizando procesos que tenemos que empezar a describir desde el principio. No escriban un plan de negocios, sí escriban procesos: qué dijeron cada uno de sus clientes. No se sienten a conversar y a tomar un café o un whisky sin una lapicera. Escriban, desarrollen todas las estrategias, prueben todo lo que saben, desaprendan, optimicen su equipo, lo que se necesita para arrancar no es lo mismo que necesita la compañía para escalar y tampoco para crecer. Son distintos skills los que se necesitan. Mejoren la reputación, tercericen lo que no es esencial para su negocio para que se puedan focalizar en lo que tienen que hacer bien.
Las redes son una herramienta fundamental y necesaria. ¿Cómo usar las redes? ¿Qué redes elegir? Sin ninguna duda, Linkedin debería usarse como la número uno: a la mañana, al mediodía, a la tarde y a la noche. Todos los días deberíamos generar contenido. Tengo que ser el experto en mi materia, tengo que animarme a salir a decir: «Pregúntenme lo que quieran que les voy a responder». Esa es la manera de generar confianza en los clientes, en los aliados, en los potenciales socios. La cuestión es comunicar: cuándo vamos a salir al mercado, cuándo vamos a pasar a la próxima etapa, cuándo vamos a conversar, cuándo vamos a comunicar. La realidad es que cuando nos ponemos en acción, las cosas empiezan a pasar también. Es un ida y vuelta todo el tiempo, y eso lo convierte en una acción muy enriquecedora.
Estar atento a las métricas también es de gran ayuda, ya que son el mapa que la empresa necesita para concretar los objetivos. ¿Revisamos las métricas periódicamente? ¿Cuánto dinero tengo? ¿En cuánto tiempo me quedo sin dinero? ¿Cómo hago para cortar costos, para aumentar el ingreso, para traer más leads a mi embudo de conversión? Es fundamental tener muy en claro los indicadores más importantes y mirarlos todos los días (y varias veces al día) y dedicar un rato a conversar acerca de los resultados. Por eso es que necesito un compañero —o varios— con los que pueda compartir estas cuestiones. Todo el tiempo, todos los días.
Está claro que, para poder analizar las métricas, necesitamos definir los objetivos, fundamentales para liderar equipos y para alcanzar el máximo potencial de la empresa. Con ese fin, podemos manejarnos con objective key results (OKR) y key performance indicators (KPI), tal como veremos en el capítulo 4.
Y el último punto que deberíamos cuestionarnos es el CUÁNDO. Es importante tener en cuenta la finitud y el timing. A mediados del 2019 falleció mi papá; en el 2018, mi primo más querido y también perdí a un par de grandes amigos. Sé que estoy a un análisis médico de que me anuncien game over. Así que cuando el momento llegue, no quiero remordimientos por lo que no se hizo, sino festejar la vida que se ha vivido. Así que también, si hablamos de nuestro tiempo, más vale que lo hagamos valer y que mi próxima hora la valoremos como el mejor regalo.
Un tema importante para revisar es la calidad de las conversaciones que estamos teniendo. ¿Hablamos del 5 % que más nos interesa, del 5 % que nos hace sufrir, que no nos deja dormir, que nos ilusiona y que, a la vez, nos hace mal? Hablemos de eso con todo el mundo, cada minuto. Es una oportunidad para que lo hagamos con nuestros seres queridos, amigos, socios, etc. Esa es la única manera de potenciar la obra que queremos realizar. La transformación comienza por uno mismo. Seamos líderes, pero no lideremos a través de la palabra, sino a través del ejemplo de nuestros hechos y acciones, lo que constituye el verdadero liderazgo.
Antes de entrar de lleno en cada uno de estos 5 pilares —para qué, con quién, qué, cómo y cuándo— les propongo que este no sea solamente un libro de lectura. La idea es que este libro nos haga pensar y conversar con nosotros mismos, descubriendo nuestro interior. Yo voy a desnudar mis sentimientos y mis experiencias, con aciertos y desaciertos. Voy a poner todo de mí, pero necesito que ustedes también hagan el mismo esfuerzo. En sintonía con los valores CO, espero que podamos compartir este recorrido, este viaje que vamos a emprender juntos.
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