Acabamos de tener nuestro último #AllHands en SquadS Ventures. Fue de esas reuniones que no querés que terminen. No porque todo salga perfecto, sino porque sentís que estás en el lugar correcto, con las personas correctas, COnstruyendo lo correcto.
La diferencia con los All Hands anteriores? Antes hablaba solo. Ahora hablamos todos… y ahora SÍ me gusta. Este simple cambio transformó por completo la dinámica y los resultados.
El All Hands como ritual de conexión, no como presentación
Durante años, muchas organizaciones han entendido el All Hands como un espacio de bajada de información. El equipo directivo presenta resultados, comparte visión y… poco más. La comunicación fluye en una dirección y las preguntas, cuando existen, suelen ser tímidas y predecibles.
Sin embargo, cuando reenfoques estas reuniones como rituales de conexión, su impacto cambia radicalmente. Para nosotros, un All Hands efectivo no es una presentación. Es un rito que nos conecta como comunidad.
Arrancamos con el equipo de management completo compartiendo aprendizajes y visión: Valentín, Camila, Mario, Luciano y yo. Federico lo facilitó de forma impecable. Y lo más poderoso fue ver cómo cada vez hay más interacción de los Squadders: preguntas importantes, feedback, aportes varios.
Se notó un cambio de energía. Mucho más engagement. Esto no fue casualidad, sino el resultado de haber diseñado deliberadamente un espacio que invita a la participación activa.
«Las reuniones de All Hands crean un contexto compartido que ayuda a prevenir silos de información y mantiene a los equipos alineados en lo que más importa. También fortalecen la cultura de la empresa y construyen confianza en el liderazgo.»
Tres condiciones esenciales para un All Hands transformador
Según nuestra experiencia, hay tres elementos que transforman un All Hands de un espacio informativo a uno verdaderamente transformador:
- Transparencia total – Compartir no solo los éxitos sino también los desafíos, las dudas, los aprendizajes. Mostrar vulnerabilidad como líderes y hablar con honestidad sobre lo que funciona y lo que no.
- Participación activa y preguntas – Generar dinámicas donde todos tengan la oportunidad de expresarse, cuestionar y aportar. No como un agregado al final, sino como parte central del diseño.
- Conversaciones profundas que nos eleven – Ir más allá de los KPIs para hablar de propósito, visión compartida y cómo cada persona contribuye a algo más grande que sí misma.
Cuando cumplimos estas tres condiciones, el All Hands deja de ser una obligación para convertirse en un momento esperado y valorado por todo el equipo.
En nuestro último encuentro, hablamos de los resultados del año, pero el foco estuvo en lo que viene:
- Del Plan 2026 que cocreamos en sesiones abiertas.
- De cómo cada startup puede encontrar más sinergia con las demás.
- De la importancia de pasar de la coordinación a la colaboración.
- De cómo todos somos motores de revenue.
- De la necesidad de fortalecer aún más la cultura.
- De cómo medimos performance con foco en el auto-liderazgo.
- De las oportunidades comerciales cruzadas.
- De la convicción con la que queremos vivir este modelo.
- De cómo cada persona del equipo puede ser embajadora de este propósito.
Hubo tanto para compartir que no alcanzó el tiempo. Y eso es síntoma de algo bueno: el All Hands dejó de ser un espacio de bajada, para convertirse en un espacio de construcción colectiva.
Más allá de la reunión: consolidando la comunidad
El impacto de un buen All Hands no termina cuando finaliza la reunión formal. En nuestro caso, después del encuentro, nos fuimos a jugar al fútbol con 13 Squadders y terminamos comiendo algo juntos.
Y ahí, entre risas, patadas y abrazos, confirmé algo que me llena de orgullo: este no es solo un equipo de trabajo. Es un equipo de personas que elige COnstruir algo más grande que uno mismo o que una startup.
Los momentos informales son tan importantes como las reuniones estructuradas. Son los espacios donde las relaciones se fortalecen, donde surge la confianza que luego permitirá conversaciones más honestas y colaborativas en el ámbito profesional.
El objetivo de un All Hands no debe ser simplemente alinear objetivos, sino propósitos. Validar que seguimos siendo un equipo con extrema COnvicción. Y salir con más preguntas que respuestas, pero con la certeza de que estamos remando todos para el mismo lado.
Con esa actitud terminamos 2025. Con esa actitud vamos a atacar el 2026.
¿Y tú? ¿Cómo son los All Hands en tu organización? ¿Son espacios de transmisión unidireccional o de verdadera construcción colectiva? Te invito a repensar estos encuentros no como obligaciones periódicas, sino como oportunidades para fortalecer la cultura y la colaboración.
